Snif! … ajaaam.
- La
salida esta por allá joven.
Gracias.
Habían pasado ya algunas noches después del
secuestro, tardes enteras seguía viendo el cielo, buscando entre nubes, entre
mierda, una señal física de su invasión. Esa sensación de paranoia se había
impregnado en mi como el olor a tabaco, en mi ropa, en mi piel. Estaba tan
presente como las miradas indiscretas en las que suelo inmiscuirme
- Por eso no voy a fiestas.
Como la sonrisa cínica que adopte con los años,
rastreando con olfato y vista, levantando solo una parte del labio, señal de
ataque. Esta vez absurdamente me sentía perseguido por alguien.
A mas de la mitad de las personas a quienes les conté
mi acontecimiento, les pareció graciosa la forma en que, según ellos, estaba
comenzando a perder la razón, y es que, a nadie le sorprendía mi estado, el
abuso de drogas comenzó con lo suyo, decían.
La frialdad con la que era tratado mientras pasaba
horas en ese diván me volvía menos humano, aislaba mis emociones a un interior
dañado, asustado, me presentaba a mi mismo mas como ellos, observando
solamente, esperando el momento, pero no había momentos reales, todo se
concentraba en mentiras para ocultar mis temores, en razones médicamente
controlables. Nadie podría entender lo que yo había vivido.
- son 38 pesos –
Ya dijo.
Prendí mi cigarro, fiel a la costumbre tres calles
antes de llegar a mi casa, para cuando entrara, el olor se habría ido – según
yo – y mamá no tendría con que atacarme esta noche. Pasadas las 2 o serian las
tres de la mañana comenzaba con el calvario nuestro/junqui de cada día, o
noche.
No podía dormir.
Apenas cerré los ojos y sentí un dolor de cabeza
incomparable, no por la intensidad, si no, porque jamás lo había experimentado,
tenia colores rondando mis neuronas, coloreando partes vacías de mi cerebro, un
rayo entupidamente amarillo entraba en mis oídos sin que pudiera hacer yo algo
por impedirlo.
- inusajam tax inusajam domilicotro sulliow –
Depende con que.
Abrí mis ojos, no quirófano, ni una sala extraña de
dentista. Era algo mas común, un avión con decoración futurista kitsch, nada
mas común que eso en estos días.
- inusajam tax lomeri sulliow ocomdi –
No gracias, prefiero ir a casa.
Cerraba los ojos esperando que todo fuera un mal sueño,
un suspiro rezagado de mi corazón.
Desperté con el mismo dolor de cabeza, en seguida una
miada mientras hierve agua pa´l café, luego una inspeccionada de cabeza, no
hoyos ni cicatrices en la frente, en la cien o en la ciento veinte, ojos
normales, grandes, pero normales y según la chamaquiza, que bonitos ojos.
“Roll-on, desodorante anti-transpirante”
- Ayuda a evitar la humedad y el mal olor durante la
transpiración.
¿transpiración?
Estaba empapado, como recién nacido, es mas, como un
recién nacido de esos a la moda que salen en alberca y todo. Tenia miedo, y
como era de esperarse en mi, el temor comenzó a dominar mis acciones, no había
ninguna razón por la que un grupo de “alienígenas/científicos locos” voltearan
a verme, comencé a llorar, igual, como niño pero ya sin alberca y con tres
kilos de mierda en el pañal.
No dormí durante días, ni siquiera podía cerrar los
ojos un par de minutos, estaban ahí, diciéndome al oído que esperaban volver
por mi, que no estaba solo, que no temiera como judas temio, así, hasta con
sentido del humor.
“Sr. Bernal, presente”
Madres.
- a las 8:00 p.m. lo espero en la casa verde, la de
la calle así y el numero asá.
Respondí yo, porque mi papá ya no gusta de los
encuentros clandestinos con seres desconocidos.
Llegue puntual. El aire estaba normal, el calor
infernal y de pura casualidad llevaba la jandicam para captar al mas puro
estilo mausan el fenómeno que se avecinaba, no corrí con suerte, es mas, ni
siquiera alcance a correr. Sentí un golpe, pero no hubo dolor, fue como si una
ola llegara y me arrastrara a ningún lugar en el mar, perdido, con ninguna visión
mas que su disparatada forma de mirar, su palabrería entre cortada de ir y
venir, la hermosa humedad de sus labios recién bañados con glos sabor coca cola
vainilla.
Decía lo mismo una y otra vez, yo seguía moviendo mi
cabeza incrédulo de mi, de mi mente y sobre todo de mi capacidad para entender
lo que me hablaba, era otro lenguaje, nuestro talvez, pero distinto aun así. Ni
ella ni yo podríamos repetir lo que ahí se dijo.
Me despidió poco después de las 10, con las piernas
temblando camine como pude hasta donde no supe mas. Con la mirada nublada tome
un taxi, llegue y no me quede, volví pero no vi la puerta, extraviado, solo me
faltaba ese letrero.
La mañana siguiente encargue un telescopio como ella
me pidió, solo que este lo encontré en promoción
– es que le faltaba el tripie.
y desde hace unos días me la paso buscando, husmeando
a su ventana, rastreando y archivando sus lunares de estrellas, su galaxia
obsequiada en la mitad de la noche, mía y yo de ella, legal y sideralmente.
De día su mirada me vigila, de noche soy yo el
observador.
ya no duermo mas.
BAÑO/WC
Snif! … ajaaam.
- la salida esta por allá joven.
Gracias… de nuevo.
y aún recuerdas lo que ella te decía?
ResponderEliminarquizá sin un tripie las cosas no son tan fáciles, la gente sabe, siempre sabe, pero les da miedo aceptar todo lo que no es normal... ya sabes no?.
transpirar es toda una aventura.