martes, 14 de febrero de 2012

Lunar

- Hola extraño.

Nunca había estado ahí, baje con calma a conocer el sitio, desperté, o mejor dicho, abrí por primera vez los ojos, no tenía esa sonrisa desde hace tiempo, ni siquiera cuando el temblor aquél destruyo mi licuadora, la del ruido, la del espacio vacío. Eran apenas las 3:17 P.M. La hora de salida (algo tarde) en su trabajo temporal, no ese de recolectar mis pensamientos y unirlos en trazos grises sobre fondos blancos, no ese de escapar juntos.

Cuando la conocí pensé que era azafata de alguna nave, pensé también que venía acompañando a algún personaje importante de esos famosos, no todos los días las estrellas se asoman a mi ventana, hablábamos (casualmente) el mismo idioma, la sonrisa /de lado/ me invito a presumir el mismo rasgo, vino o fui, aún no lo sé, se presento como Luna. Yo de cariño le agregué una "R", Lunar.

"La Luna es el único satélite natural de la Tierra y el quinto satélite más grande del Sistema Solar."

Tengo un amigo, Vinn, no es humano, es más bien, un dibujo, un trazo mal hecho de una noche, lo conocí hace tiempo cuando estaba en mi entrenamiento espacial, recorrimos juntos dos o tres galaxias, no tiene color a pesar de su brillo, en resumen descubrimos un planeta. Los presente.

- Lunar, Vinn, Vinn, Lunar.

Le pedí de favor a Vinn que durante el camino hablara puras cosas buenas de mi, que omitiera esa parte de mi bipolaridad de los lunes, que no le contará que a veces no duermo, que soy hipocondriaco y que le temo a las alturas, eso, entre otros pequeños detalles que al final descubrió. Iniciamos un viaje juntos, durante ese tiempo, me enteré que era una princesa, a veces llegábamos a lugares extraños a bailar y sin saberlo nos escribíamos el uno al otro poemas indescifrables en servilletas, dejábamos señales en cada paso, en cada visita. Quiero que te vengas a vivir todos los días conmigo.

- De verdad, yo no se bailar.

Ella tiene un dinosaurio, tiene un planeta que yo le regale, tiene a Vinn, me tiene a mi.

Apenas ayer la princesa perdió una estrella, apresurado corrí a mi telescopio para intentar encontrarla, para trazar un camino que aliviara un poco esa pena, romper el frío, imaginar deshacer el vacío. Me quede mirando, no podría pensar en su mirada manchada por la humedad del dolor, estaba extraviado, con mi GPS en off, con mi corazón allá, con mi pensamiento allá.

Y es que las letras, en cualquier idioma de cualquier galaxia, acomodadas en el orden que cada persona quiera hacerlo, vuelven locas a las personas que aún sabiendo que lo están, deciden abrazar su propia órbita, remueven cosas que se pensaban ocultas, despiertan ojos, ponen nerviosas voces. Lunar, apareció una mañana, no se si traía maletas al bajar, pero sé que si así fuera yo quiero ser quien las cargue en el camino de vuelta.


"Y tu, que me haces reír, di que siempre vas a estar..."

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