martes, 20 de diciembre de 2011

De Júpiter para Píldora (Parte I)

De malas ganas, los gatos sueltan pelo por la mañana, quizá ocho o nueve. Perros atentos en casas “club” para pensionados, caninos pues, jubilados de ladrar, de malas también, no sé por qué. Ratones paranoicos sonando en la radio que siempre esta, no la mía ni la de Internet, la que busca y corre al encontrar. Tú tomas café, creo que sin azúcar. El duende, que (casualmente) lleve en días anteriores, (sin querer) inventó hace un momento la canción del té, del café, del jugo de mango, del cliché gastado (en ingles), ponle play.

–No se bailar.

Vidrios rotos de resfriados de dolores de muelas de alergias de etcéteras que, por el momento no recordaré, son el presagio de la magia que te cargas cada que vas a salir, te vistes de tiempo, de futuros y si mal no recuerdo, te desvistes de pasados, no mientes porque no lo haces bien, mejor te ríes y dejas que el tiempo (descompuesto como el reloj) haga como que no ve. Shhh.

Termino de hablar sin recordar como empecé, ¿de donde saqué lo que acabo de decir?. Nos observa el sol aunque sea de noche, preguntas que si me bañé, preguntas si sé bailar, si bailo mal, si bailo mas o menos bien, si bailo como de concurso, si bailo es lo de menos, bailar es bailar ¿no?, así es siempre, cada que te vuelvo a ver, y luego bailas.

Después todo es silencio, el clima cambia cada 145 segundos, como en los veranos de este lugar, debimos haber despegado, insisto auque luego me voy al suelo, revivo, sueno como nuevo aunque este gastado, interrumpo tu mirada, se pierde y cuando vuelve hay más, siempre hay mas de todo, de pocas cosas hacemos montones, por cierto, a mi me gustan los rompecabezas.

- Quisiera saber.
- ¿Qué?
- ¿De donde vienes?
- De otro planeta.
- Júpiter?
- Ja ja ja, no.
- ¿Quieres brócoli?
- OK.

La radio suena…

-¿Bailamos?

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